Iluminación de exteriores. ¿Consejo? Planifica una iluminación sutil y sin deslumbramientos.

 

1. Conecta con tu espacio y personaliza la iluminación
No es lo mismo iluminar una terraza, que un patio o una vivienda aislada. El objetivo, sin embargo, será el mismo en todos los casos: que el espacio, atractivo de día, no pierda encanto ni calidad visual por la noche. Para obtener un ambiente acogedor, no basta con un aplique de pared. Pero tampoco caigas en el exceso y diseñes entornos poco relajantes, que desvirtúen el clima nocturno.

En estilos contemporáneos, a veces se puede caer en el error de iluminar en exceso. Potencia una iluminación sutil e integrada en la misma arquitectura.

3. Plantea una iluminación que deje espacio para las sombras y dé protagonismo al cielo nocturno
La diferencia fundamental entre una iluminación interior y una exterior es que, afuera, el cielo nocturno es el protagonista y la iluminación artificial el actor secundario. Divide el espacio al aire libre por zonas: sabrás los grados de intensidad que necesitas y la cantidad de luminarias.

 

  • Si cuentas con un techo, una sombrilla o una pérgola, aprovecha para colgar de este plano horizontal una lámpara de suspensión o pinchar un foco orientable. En las zonas de asiento, puedes tener el apoyo de una luz fija, colocada a media o baja altura. Descarta la luz alta, cuya luz se dispersa y pierde en el cielo.
  • La terraza de un piso es un espacio acotado en relación muy directa con el interior. No coloques luces que molesten o creen reflejos en las ventanas. En los rincones de más uso, coloca luces bajas e indirectas: molestarán menos a los vecinos.

4. Interactúa con el interior
La luz que viene del interior también suma en exteriores a través de las ventanas. Por eso no conviene crear contrastes como elegir dentro luz cálida, y fuera, luz fría.

El interior también se beneficia de la iluminación exterior. Si marcas la silueta de tu terraza o parcela con una iluminación baja y sutil, ampliarás las perspectivas interiores también por la noche, eliminando el efecto de pared oscura que tendrías desde las ventanas.

También resulta interesante planificar afuera una iluminación escenográfica que disfrutar desde el interior todo el año. Utiliza candiles o guirnaldas.

5. Cuida la temperatura de color y la reproducción de colores
Las fuentes de luz fría y de temperatura de color elevada no son aconsejables para crear rincones con encanto. La temperatura de color se mide en grados Kelvin; para exterior no conviene que supere los 2.700ºK –cuanto más baja es esta temperatura, más cálida será la luz. Controla el índice IRC de reproducción cromática, que te da el efecto que tiene la fuente de luz sobre los colores. El más cercano al sol es el 100: sólo se consigue con las halógenas, pero hay bombillas led que superan el índice 80.

6. Incorpora una instalación eléctrica apropiada
Aprovecha y realiza las canalizaciones necesarias para los cables de conexión, cajetines para mecanismos, carcasas para luminarias empotradas, cajas de derivación, etc.

En espacios amplios es práctico contar con varios enchufes estancos empotrados en suelo, paredes o, si no quieres hacer rozas, instalados sobre las superficies. Estos productos tienen un IP, es decir un índice de protección de, al menos, 44 –el mínimo que se necesita para que un mecanismo o luminaria, esté al aire libre y en un espacio sin cubierta. La otra opción es disponer de luminarias a pilas.

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¿Te han servido estos consejos para empezar a planificar la iluminación de tu terraza o jardín? Comparte tu experiencia, opinión y fotos en los comentarios